La SGAE ha invertido más de dos millones de euros en un plan de pensiones para sus directivos desde 2002. La jubilación faraónica de Teddy Bautista
La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) es una entidad de gestión de derechos de propiedad intelectual, por tanto, una asociación sin ánimo de lucro. Así lo recuerda la nota 1 del informe de auditoría de cuentas anuales de 2008 que firma BDO Audiberia a 13 de marzo de 2009. De esta condición se derivan algunas obligaciones legales y también cierta filosofía de gestión, pues se manejan derechos de terceros. Desde 2002 las cuentas de la entidad aprobadas por sus socios, a las que ha tenido acceso LA RAZÓN, incluyen en su capítulo de «Remuneraciones y saldos mantenidos con los administradores y los auditores de cuentas», un epígrafe denominado «otras obligaciones» en el que se precisa que «la Sociedad mantiene un plan de pensiones para miembros de la Dirección». La contribución se mantiene en 2002 (257.000 euros), 2003 (256.000) y 2004 (256.000); sin embargo, se dispara en 2005 hasta los 419.000, lo mismo que 2006 y 2007. Es decir, en total, 2,026 millones de euros, puesto que en 2008 no se realizó aportación alguna a este fondo.El reparto
El misterio de la auditoría
Para otros especialistas con los que ha hablado LA RAZÓN, este fondo de pensiones equivaldría a los «bonus» que perciben los directivos de las grandes empresas, un sistema que tendría difícil cabida en una sociedad sin ánimo de lucro como la SGAE. Estas mismas personas afirman que este tipo de gratificaciones dependen de la discrecionalidad del máximo responsable, que suele percibir al menos el 65 o 70 por ciento de estas cantidades. En cualquier caso, los asesores fiscales aseguran que se trata de una retribución con menos cargas que otras de carácter ordinario y, sin duda, más beneficiosa para alguien que ya ha cumplido 66 años como Bautista.
Las macrocifras que se manejan para la jubilación de los directivos de la entidad contrasta con las del fondo de pensiones de sus empleados. Desde 1997, SGAE externalizó dicho plan, desde entonces la cuantía para cada trabajador ha ido creciendo según el IPC: así en 2002 se aportó 660,54 euros por empleados, hasta llegar a los 807,19 en 2008.

