lunes, 5 de noviembre de 2007

Bajarse al moro

Hoy en todos los periódicos aparecía la noticia en primera plana: La visita oficial de los reyes de España a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, a pesar de las protestas del gobierno de Marruecos,

Personalmente me parece bien. Ya es hora de no sentir vergüenza por ser ciudadano de Ceuta y Melilla: finalmente, estas dos localidades entrarán en la "primera división" de ciudades plenamente españolas. Que bien! - Pensé. Yo y todos mis conciudadanos. Ya era hora. Ya no somos ciudadanos "de segunda".

Sin embargo, hay quienes siguen haciendo demagogia, declaraciones muy poco inteligentes, e incluso amenazas, que aunque prácticamente ya estamos acostumbrados, siempre consiguen una reacción adversa:
"Tenga usted por seguro que si viene el Rey de España a Melilla, los marroquíes derramaremos hasta la última gota de nuestra sangre para defender nuestra tierra. (….) Si viene el señor Juan Carlos va a ser un desastre lo que va a ocurrir en Ceuta y en Melilla. (…) Si Alfonso XIII visitó Melilla, en 1927, después del Desastre de Annual, su nieto Juan Carlos I va a visitar la ciudad ocupada (sic) antes del desastre. (…) En 2015 ondearán las banderas marroquíes en las "Plazas de Mohamed VI".
- Declaraciones de Yahya Yahya, senador de la Zona oriental de Marruecos, a Radio Euskadi, y publicadas en "20 Minutos", el 3 de noviembre de 2007, a las 8 de la tarde.

Es ésta una muestra más de cómo se las gasta el gobierno vecino, en concreto éste senadorcillo, el cual tiene a bien el autoproclamarse portavoz de todos los ciudadanos marroquíes, y no sólo eso, sino también con el derecho de crear tensiones entre dos gobiernos con buenas relaciones en la actualidad, de mandar a sus ciudadanos a una guerra, cual caudillo fuera, y el amenazar de esta manera al gobierno de nuestra democracia.

Aunque palabras tan necias ni siquiera lo merecen, responderé a este pazguato energúmeno con una cita del genial Albert Einstein:
"La estupidez humana, al igual que el universo, no tienen límites. Aunque en realidad no estoy completamente seguro de la segunda."

En un país el cual fue dominado por un déspota y tirano dictador Hassan II, capaz de las peores atrocidades, y padre del actual rey, Mohamed VI, esto es algo que no es nuevo. Personalmente, no creo que estas declaraciones deban de ser motivo de preocupación. Y aunque actualmente el gobierno de Marruecos está dando pequeñas muestras hacia una democracia real, declaraciones como éstas echan por tierra todo el trabajo realizado por el gobierno alauita, sobre todo en estos últimos 10 años.

En el caso de Melilla, a pesar de ser ciudad española desde el 17 de Septiembre de 1942, antes de que el reino de Navarra se anexionase con España, antes de que Cristóbal Colón llegara a América, apenas unos meses despues de la entrada de los cristianos en Granada, Marruecos sigue ilegítimamente reclamando su soberanía, principalmente y entre otras cosas porque Ceuta y Melilla nunca han estado bajo la soberanía marroquí. Prueba de ello, es que en el último listado de la ONU sobre descolonización y ocupación, Ceuta y Melilla no aparecen dentro de la lista de territorios ocupados, y no así la region del Sáhara Occidental, ocupada por Marruecos.

Y en estos tiempos, en los que la cooperación internacional es la clave para resolver problemas tan graves como la inmigración ilegal o las mafias de tráfico de inmigrantes, las declaraciones nacionalistas y de carácter fundamentalista de Yahya Yahya, junto con las de su gobierno de reclamar Ceuta y Melilla no son de buen recibo. Ni tan siquiera para los propios marroquíes.

Recomiendo un libro escrito por el periodista francés Gilles Perrault, titulado "Nuestro amigo el rey", publicado en nuestro país en 1991 por la editorial Plaza & Janes, en el cual denuncia la existencia de cárceles secretas, centros de tortura y centenares de detenidos extrañamente desaparecidos en Marruecos. La mayoría de ellos, presos políticos contrarios al régimen dictatorial de Hassan II, procedentes en su mayoría de la región ocupada del Sáhara Occidental, y manifestantes en la región del norte de Marruecos, el famoso y problemático Rif.

Dichos hechos no han pasado al olvido, y Amnistía Internacional tiene aún abierto un informe al respecto, con la consecuente denuncia a la Organización de Naciones Unidas. Ni que decir tiene que el escritor está amenazado y condenado a muerte en Marruecos.

Igualmente, invito al senador Yahya Yahya y a los que piensen como él a que vengan a Melilla, mi ciudad natal, y que disfruten de su estancia, pues son bien recibidos. Y él mismo podrá ver que no hay ninguna guerra, ni tensiones, ni ninguna revolución en marcha. Lo que hay son cinco culturas viviendo en paz y armonía, como en otros pocos sitios en el mundo sucede: cristianos, árabes, hebreos, hindúes y budistas. Todos en democracia y con una completa libertad de expresión, para opinar lo que quieran y como quieran, sin miedo a ser insultados, reprimidos, reprendidos o encarcelados. Y ninguno, ABSOLUTAMENTE NINGUNO de ellos, independientemente de su raza, sexo o religión, desea negociar su democracia. La ciudad no es un gran bazar, y aquí no todo tiene un precio. No todo se puede comprar o vender.

La democracia no es negociable.

Y así siguen. Y así seguirán, porque nadie quiere ninguna revolución. NO HAY REVOLUCION. Y mucho menos por motivos territoriales insignificantes, fruto de una mente con una visión sesgada de la realidad, violenta, nacionalista y fundamentalista. Pues, si empezamos a tirar del hilo, resulta que Melilla, antes de ser española, era árabe, y antes romana, y antes aún fenicia, y antes aún griega... y así hasta 2500 años antes de cristo, donde fue fundada.

En cuanto a aquellos que se manifestaron en la frontera en contra de la visita a los reyes, es una lástima que solo se manifiesten contra aquellas causas que les han sido impuestas, ya sea por orden expresa o por convencimiento externo. Igualmente, me pregunto qué les habrá prometido Rabat con tal de que hagan "algo de ruido". No mucho, seguramente; quizás incluso les hayan obligado a ello en contra de su voluntad.

A mi parecer, ésto carece de sentido alguno y es de una total incongruencia, pues si no les gusta el estado politico actual de Melilla, por mi fantástico: cada uno es libre de pensar como quiera; claro que tampoco deberían acudir a nuestro excelente Hospital Comarcal del cual la ciudad goza, probablemente de los pocos (por no decir el único) existente en un radio de decenas de kilómetros de distancia, ofreciendo unos servicios envidiables o inexistentes en otros muchos.

¿Por qué no se manifiestan en frente del ayuntamiento de Nador (ciudad marroquí más próxima a Melilla) exigiendo un hospital o servicios mejores? Ah, sí, se me olvidaba: las manifestaciones en Marruecos están totalmente prohibidas y castigadas con la cárcel. La última manifestacion que hubo fue hace unos 15 años. Era de estudiantes universitarios. Demandaban libertad de expresión, y fue dispersada a balazo limpio, disparados desde helicópteros marroquíes. Cerraron la frontera para evitar filtraciones internacionales y noticias de prensa, pero los heridos, los cuales se contaban por decenas, llegaban a la playa de Melilla en lanchas, horrorizados, contando lo que habia sucedido allí.

Señores, ¿a qué estamos jugando?

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