jueves, 25 de octubre de 2007

Violencia en el metro


Sergi Xavier Martín se llama este individuo. Y a día de hoy, sigue chuleándose ante los medios de comunicación. Hace unas semanas agredió gratuítamente a una chica ecuatoriana en el metro de Barcelona. Todos hemos visto el lamentable video que no pondre aquí. Sergi alega que estaba borracho y "se le fué la olla".

Gran discurso, ¡sí señor!. Un aplauso para Sergi. Pero eso no es una excusa, sobre todo sin existir provocación de ningún tipo.

Y es que en los tiempos que corren, algo llamado Internet es capaz de mover a montañas... y conciencias, sin duda. ¿Qué ha pasado para que, de salir en libertad con cargos hace algunos días, ahoran pidan prisión preventiva para él? ¿Quién ha tirado de las orejas a la fiscalía o al juez? ¿La embajada ecuatoriana? ¿El gobierno? ¿Quizás quieran convertirle en chivo expiatorio para dar ejemplo a todos los que como él usan la violencia injustificada con aquellos más indefensos?

Se merece un buen escarmiento, no hay ninguna duda, pero personalmente no creo que la cárcel sea un sitio apropiado para este energúmeno que, dentro de lo que cabe, está más o menos socialmente insertado, aunque cueste apreciarlo por sus actos. En la cárcel únicamente su odio hacia la sociedad y su violencia innata crecerán, al igual que su odio hacia los inmigrantes, ya que bajo su punto de vista, se encuentra en esa situación por su culpa.

Ésto no es nada nuevo. Desgraciadamente individuos como éste, violentos por naturaleza, mal educados, sin "ideologías" de índole racista, como han afirmado, aunque desde luego también con bastante "poca idea" y con muy pocas luces, diariamente hacen de las suyas. Pero... ¿por qué él? ¿Por qué ahora? ¿Por qué es este caso tan distinto a todas las agresiones diarias que se producen por gente violenta no sólo en el metro, sino en la calle, o en la salida de discotecas o bares?

Quizás ahora sea distinto, quizás al haber agredido a una menor de nacionalidad extranjera sin que haya habido una provocación previa por parte de la pobre chica haya disparado unas tensiones internacionales, o bien haya despertado a un fantasma que dormía, o creíamos desterrado hasta el momento: El racismo hacia la inmigración en nuestro país.

Queda por ver si su agresión es debida al racismo, o saber que hubiera pasado si en el asiento de esa chica ecuatoriana hubiera estado alguien de raza blanca, inmigrante o no. ¿Se hubiera producido tal agresión?

¿Un castigo ejemplar? Señor juez: no haga como Sergi, y no "se le vaya la olla" como a él. Usted es más inteligente. Que pase la totalidad de su condena no en la cárcel, que poco le va a ayudar, sino ayudando a inmigrantes. En la calle, o en un centro de inmigración o de acogida. Es la opción más adecuada.

Al fín y al cabo, ha de aprender de sus errores, como todos. Y ésta ha sido una agresión más de las muchas que ha habido y habrá, y el castigo ha de estar en concordancia con el delito o la falta cometida.

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