martes, 29 de enero de 2008

SGAE quiso cobrar 518 euros a un festival teatral de niños discapacitados

Los 518 euros ya están en el juzgado. “Nuestra asociación es sin ánimo de lucro, no tenemos medios económicos para pagar a un abogado y en la denuncia nos amenazaban con embargar nuestras cuentas”, asegura Juan Cruz Serrano, el responsable de un festival para niños con discapacidad psíquica que, cada año, desde hace casi un cuarto de siglo, se celebra en el pueblo segoviano de Fuentepelayo. La SGAE ha pedido disculpas por un “error” que llegó hasta los tribunales.

En este certamen participan cerca de 30 colegios para niños discapacitados de toda España. Durante 15 días, cerca de 500 chicos comparten juegos y excursiones en el pueblo segoviano. El festival es gratuito y sin ánimo de lucro. Ni cobran los grupos de teatro de los colegios ni el público paga entrada. El festival se mantiene con pocos gastos y algunas subvenciones públicas. “Lo pusimos en marcha porque pensábamos que el teatro es una buena manera de ayudar a estos niños”, cuenta Juan Cruz Serrano.

“Las obras interpretadas no tienen nada que ver con el libreto original”, asegura Cruz Serrano. “Se trata de niños con discapacidad psíquica de grado profundo o severo que no pueden interpretar una obra. Muchos, mal pueden pronunciar una palabra, ni siquiera pueden hablar. Lo que un grupo de teatro de niños normales interpretaría en media hora, aquí se transforma en una pequeña pieza de cuatro o cinco minutos donde los niños bailan disfrazados”, explica.

Los títulos de las obras originales en la que se inspiraban para las representaciones sí aparecían en los carteles. Algunos de ellos son los que reclamaba la SGAE. Se trataba de “Ojos de botella de anís”, de José Cañas; “Picnic”, de Fernando Arrabal; “La luna’, de Rafael Belmonte, “La brujita sin escoba”, de Florencio Grau; “Los milagros del jornal”, de Carlos Arniches, y “Los pasteleros”, de Juan Cervera.


Dos facturas y una denuncia judicial

Durante más de dos décadas no ha habido ningún problema con el festival. Pero en el año 2003, la delegación de la SGAE en Segovia remitió al Taller Cultural de Fuentepelayo, la asociación organizadora, una factura por los derechos de autor de la representación. La asociación respondió con una carta donde explicaba la naturaleza benéfica del festival. “Les argumentamos que habíamos hecho uso de los títulos pero no de las obras”, explica Juan Cruz Serrano. Pese a ello, al año siguiente llegó otra factura más y el 9 de diciembre de 2005 les comunicaron que la SGAE había presentado una denuncia por impago.

“Nos quedamos hundidos, no sólo no nos respondían a nuestras cartas sino que además nos denunciaban”, explica Juan. La asociación fue citada ante el juzgado otra vez unos días más tarde, el 30 de diciembre. Ahí les comunicaban que el juicio se celebraría el 17 de febrero.

La asociación intentó de nuevo hablar con la SGAE para resolver la situación. “Les mandamos cartas tanto a la sede de Madrid como a la de Segovia y no nos respondieron a ninguna de ellas”, afirma.

“Decidimos que nos defenderíamos nosotros mismos en el juzgado sin pagar abogado porque no tenemos dinero en la asociación para pagar y porque pensamos que un juez sensato lo entendería”, dice Cruz Serrano. Al final, el Taller Cultural de Fuentepelayo decidió pagar los 518 euros reclamados de los bolsillos de los socios. El dinero ahora espera en el juzgado.


La SGAE pide disculpas

Juan Nebreda, director de la SGAE en la zona centro, que es el máximo responsable de la gestión de Segovia, reconoce que se trata de un “tremendo error”. “Vamos a devolver el dinero, por supuesto”.

Según ha explicado a Informativostelecinco.com este directivo de la SGAE, desde hace dos años esta entidad de gestión de derechos de autor no cobra por este tipo de actos benéficos. “Si mañana Nike monta un concierto benéfico y destina el dinero a los niños de África, por ejemplo, sí se cobra porque se considera que es una acción publicitaria, pero desde luego no en casos como el del festival de Fuentepelayo”, explica.

Juan Nebreda también se ha comprometido a “revisar los procedimientos para que este error no se repita”. “Esto nos sirve para aprender muchas cosas y esperamos que no vuelva a pasar en el futuro”. Pese a que este caso arrancó hace tres años, la disculpa llega hoy, después de que la noticia apareciese publicada en El Norte de Castilla y varios medios de comunicación y blogs se interesasen por el tema.

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